28.2.09

A mi almohada... (parte 2)



Ya me arrepentí. Retiro lo que he dicho esta mañana. Ya sabes cómo son las cosas. En el momento, con el cabreo, espetamos palabras hirientes que no queremos decir, llevados por las emociones, y acabamos haciéndonos daño. No es la primera vez. Rectifico. Rectifico para que me entiendas, sobre todo en los momentos más vulnerables, como por la mañana, cuando aún no somos personas. He pasado toda la tarde pensando en ti, compañera de cama, apoyo de la génesis de mis pensamientos. Quiero que nos veamos, muy pronto.

10.2.09

A mi almohada... (parte 1)


Maldita. Otra vez aquí, contigo, cara a cara. Eres tú con quien me encuentro al sonar el despertador y eres tú quien me tienta a volver a cerrar los ojos. Me tienes frito toda la noche y sospecho que eres tú, saco moteado de fibra poliester blandura, coleccionista de sueños míos, la mangante que me roba el tiempo cada noche e intenta darme coba para convencerme de que ya llevaba 8 de las más cortas horas dormiditas. ¡imposible! ¿te crees que no me doy cuenta, fullera? ¿eiin, trampuchera, engañoso cojín creído?

4.2.09

Er mal hablá der zú

Po zí, a veze me pongo shulo y exahero mi forma de hablá. Zuele pazá ar encontrarme con hente no andaluza -en mushoh casoh zi elloh se cashondean de mi habla- y ha zío pa mí una forma de deztacá que no hablo como loh demá. Logo la peña te puede comentá cozah como <<no te entiendo>> o <<¿por qué hablas así?>>. Loh ezpañoleh de otroh zitioh man disho que hablo mar. ¿Y uhtedeh cómo habláih? ¿er leízmo y er laízmo qué? Dizen que a loh gaditanoh no hay quien loh entienda, y en verdá yo tampoco me entero ziempre de lo que dizen, pero er motivo de ehta entrá no tie na que vé con entendé o no.

Después de haber pasado dos años viviendo en Andalucía, he podido ver lo fuerte que puede ser la conexión entre lengua e identidad. A lo mejor este concepto se me escapaba antes por vivir en una zona de Estados Unidos donde apenas hay variación lingüística. Sin embargo, recuerdo momentos de mi vida en los que el habla de otra persona me resultó pesada -incluso he llegado a juzgar a otras personas basándome solamente en tópicos relacionados con la variedad que hablaban, tópicos que luego resultaron no tener fundamento- y ahora veo con claridad la falta de lógica asociada con esta forma natural que tenemos de pensar. El problema es que, de alguna manera, existe en todos nosotros sin que nos demos cuenta.

Desde luego, es muy difícil reconocer los prejuicios que tenemos respecto a cómo habla alguien. Tendemos a decir que los prejuicios los tienen los demás, nosotros no, pese a lo que demuestren los estudios (por si os interesa, el estudio más significativo que tiene que ver con las actitudes y el prestigio de los dialectos de Estados Unidos, aquí y aquí). Quizá lo que hace falta sea vivir mucho tiempo en una zona donde se habla de otra forma para que nos demos cuenta de las opiniones y prejuicios que tenemos. Sé que en mi caso esto ha sido fundamental para entender mejor la situación de los varios dialectos que se hablan en España, y luego me he podido aprovechar de este conocimiento y aplicarlo a mi primera lengua.

En fin, a veze zoy una mihita maraje y exahero, lo reconozco, pero ar mihmo tiempo creo que eh importante que loh demá ze acohtumbrén a la idea de que no toer mundo eh iguá, ya zea po como eh fízicamente o po zu forma de hablá. Hahta que no rearmente entendamoh ehto, no noh quitaremoh de loh prehuicioh que tenemoh ezcondioh po dentro.