17.6.09

"Es que los españoles (no) hacen..."

Después de un fin de semana en el que por fin se ha visto un poco la luz de Lorenzo (me he puesto un poco moreno y todo), he decidido que ya va siendo hora de que saquemos las camisetas de manga corta (o sin mangas si eres así de guay) del armario y declaremos la llegada de la primavera de una manera más oficial (la tía de El Corte Inglés no es de fiar), esto es, con la ropa.

Al vestirme esta mañana, estuve dudando entre ponerme los vaqueros de siempre u optar por unos pantalones cortos que no han visto la calle desde septiembre. Me puse a pensar un momento en algo que me había comentado un compañero del programa el otro día sobre las costumbres de los españoles: ‹‹Los españoles llevan pantalones todo el año aunque haga 40 grados.›› Yo, que soy un poco porculero a veces, le pregunté de dónde había sacado esa información, a lo que me comentó: ‹‹De una guía de orientación para extranjeros que me dio mi programa de "study abroad" en el 2004.››

Odio esas guías.

La idea de aprender una cultura mediante un libro me pone negro. Claro que puedes sacar unas ideas generales que pueden o no ser útiles, pero no es una fuente en la que se debiera basar todo el conocimiento necesario sobre una cultura, porque puede ser que el autor no tuviese en cuenta a todas las personas que pertenecen al país en cuestión. Es más, la experiencia que yo he tenido en España ha sido todo lo contrario (mantengo que los españoles llevan pantalones cortos igual que nosotros, PERO nunca con chanclas y calcetines). Es cierto que siempre he tenido una vista del mar desde mi habitación, y el diciembre pasado estuve en la playa todos los días que no hacía levante, pero sigue siendo España, ¿no? Ahí viven españoles, ¿verdad?

Bueno, he pensado que una buena forma de celebrar el sol que hace hoy sería ir andando -con mis pantalones cortos bien puestos- hasta el Prim. Así aprovecharía el sol y podría realizar un pequeño experimento social: Contar la cantidad de personas que veo por la calle enseñando piernas. En teoría es una buena idea (aunque poco científica), porque así iría entretenido por el camino, y podría ver, a pesar del buen tiempo que hace, si los españoles se ponen o no pantalones cortos (Nota: aquí "los españoles" se refiere a las personas en la calle entre las zonas desde Argüelles hasta Colón [ambas inclusive], a las 10,30 de la mañana, un martes).

¿La cuenta al final? Tres. Tres personas. Dos tíos (uno iba montado en bici así que en verdad no sé si cuenta, y el otro tenía pinta de ser guiri, por lo que me acerqué y le escuché decir "hasta luego" con un acento aceptable según mis estándares) y una tía. Tres dos personas no son muchas. ¿Tiene razón la guía? Cabe destacar que una gran mayoría de la gente que vi iba vestida bastante formal, de modo que se puede inferir que llevar pantalones cortos no sería prudente en su trabajo. También es verdad que por la noche sigue haciendo frío, y si tienes que estar fuera de la casa todo el día tienes que tener en cuenta el tiempo durante todo el día, y no solamente por la mañana. De hecho, salgo del trabajo hoy a las 2,30, y si tuviese que quedarme hasta las 8,30 -como es de costumbre-, seguramente no me hubiese puesto los shorts de hoy. Hmmm.

Conclusión. No estoy lo suficientemente convencido como para darle la razón a la guía (ni a su fiel dueño) todavía. A lo mejor he tenido una muestra extraordinaria. Habrá que repetir la experiencia dentro de un par de semanas (bajo las mismas condiciones, claro). Mientras tanto, voy a seguir pensando que los tópicos y las generalizaciones no sirven a la hora de conocer una cultura de verdad, y que, aunque en Madrid los pantalones cortos no tengan mucho éxito (de momento), hay que tener en cuenta que una ciudad, por muy importante y grande que sea, no es representativa de las costumbres de todo un país.

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